[Parenteral nutrition at home].

La visión actual de la Medicina basada en la evidencia y la eficiencia ha permitido incorporar la nutrición parenteral domiciliaria (NPD) como técnica de soporte nutricional especializado (SNE) novedosa, ampliando la oferta asistencial de una disciplina joven como es la Nutrición Clı́nica, mejorando la calidad de vida de los pacientes y reduciendo claramente los costes asistenciales. La NPD se define como la modalidad de soporte o apoyo nutricional que permite la administración de soluciones de nutrición parenteral (NP) en el propio domicilio del paciente. Su incidencia y prevalencia varı́a en los distintos paı́ses como reflejo de las diferentes estrategias terapéuticas, organizativas, administrativas y financieras. Los datos referidos por ESPEN (European Society of Parenteral and Enteral Nutrition) apuntan una incidencia en pacientes con enfermedades benignas de 4–6 por millón, y una prevalencia en rango del 2–40 por millón. En nuestro paı́s, los últimos datos del registro NADYA (Grupo de Trabajo de Nutrición Artificial Domiciliaria Y Ambulatoria de la Sociedad Española de Nutrición Parenteral y Enteral ) de 2008 mostraban una prevalencia de 2,75 pacientes por millón. Esta cifra es claramente inferior a las registradas en otros paı́ses de nuestro entorno, si bien es cierto que se trata, muy probablemente, de un dato que infravalora la realidad, ya que el registro se realiza de forma voluntaria al no existir ninguna normativa que obligue a su declaración. A lo largo de los últimos años ha sido creciente el interés en esta materia, siendo objeto de la publicación de Guı́as de Práctica Clı́nica, tanto en Europa como en España, por un importante grupo de expertos que han realizado una rigurosa puesta al dı́a del tema. Aunque la idea de incorporar nutrientes por vı́a intravenosa se intuye en las históricas descripciones anatómicas y fisiológicas de los siglos XVII y XVIII, es de justicia recordar que, la moderna concepción de esta técnica de nutrición artificial se debe al empuje de un colectivo de clı́nicos, especialmente cirujanos, como Dudrick, Vars y Rhoads, que en los años 60, apostaron por medidas innovadoras, como la administración de nutrientes por vı́a endovenosa, en pacientes intervenidos con déficit proteico grave, que no podı́an ser alimentados por vı́a digestiva, y en los que se sabı́a que la intervención quirúrgica supondrı́a un aumento de comorbilidades (complicaciones infecciosas y no infecciosas). Dificultades relacionadas con los accesos venosos, los sistemas de infusión y la formulación de la nutrición parenteral fueron sus primeros escollos a superar, y, aún hoy, constituyen el acicate en la investigación cientı́fico-técnica que permite implementar cada dı́a esta materia. Desde las formulaciones iniciales compuestas de hidrolizados de proteı́nas (caseı́na o fibrina) y dextrosa, la incorporación de las primeras emulsiones grasas en los años 70, la consideración de la mezcla 3 en 1 en los años 80, los distintos sistemas de canalización de accesos venosos (catéteres tunelizados, reservorios, catéteres centrales de inserción periférica), al actual debate sobre la conveniencia de no utilizar sistemas de infusión de PVC (polivinilo) en NPD, por su capacidad tóxica relacionada por su contenido en derivados como el diethylhexylphthalate (DEHP), se han venido sucediendo un importante número de innovaciones. Estos avances tecnológicos y cientı́ficos, ası́ como, el progreso en el conocimiento de algunas entidades clı́nicas,